Esperemos que las colas ante el INEM, no se desplacen a las puertas de los bancos para intentar sacar dinero, nos advierten los argentinos residentes en España. El Gobierno español, que en su origen negaba la evidencia de la crisis, ahora ya no puede seguir utilizando el reiterado recurso indicando que la causa de nuestros problemas financieros y económicos es de ámbito internacional. En España nuestra crisis tiene identidad propia, basada en un descontrol del endeudamiento público y una progresiva desconfianza que nos está llevando a un punto de no retorno, donde ya se deberían de estar tomando drásticas y urgentes medidas fiscales y estructurales que reconduzcan la situación. El no hacerlo lo antes posible, sería una irresponsabilidad política con graves repercusiones sociales, enfrentándonos a posibles escenarios que solo pueden recordar nuestros mayores.
De momento ya estamos en el furgón de cola del euro, somos los últimos del G20, de los pocos que seguimos decreciendo y con desempleo en aumento.
Pero lo peor de todos estos posibles escenarios es que nos estamos encontrando con una falta total de liderazgo para afrontarlos y reconducirlos. Mientras los especuladores de siempre no dudan el lanzar rumores para que se remuevan las aguas, ya de por sí revueltas, buscando su propia ganancia, los consumidores y empresarios nos mantenemos a la expectativa sin recuperar la confianza; y nos encontramos con un Gobierno y una Oposición, que sin estar a la altura de las circunstancias, no son capaces de llegar a un pacto de estado para evitar entrar en situaciones irreversibles. Nos encontramos ante un Zapatero preso de su propia ideología, con una política fiscal corta de miras y a un Rajoy que no presenta alternativa y esperando contemplar impasible el hundimiento para poder encaramarse a los restos del naufragio.
La Ciudadanía debe de reaccionar ante esta grave situación de desgobierno.
De momento ya estamos en el furgón de cola del euro, somos los últimos del G20, de los pocos que seguimos decreciendo y con desempleo en aumento.
Pero lo peor de todos estos posibles escenarios es que nos estamos encontrando con una falta total de liderazgo para afrontarlos y reconducirlos. Mientras los especuladores de siempre no dudan el lanzar rumores para que se remuevan las aguas, ya de por sí revueltas, buscando su propia ganancia, los consumidores y empresarios nos mantenemos a la expectativa sin recuperar la confianza; y nos encontramos con un Gobierno y una Oposición, que sin estar a la altura de las circunstancias, no son capaces de llegar a un pacto de estado para evitar entrar en situaciones irreversibles. Nos encontramos ante un Zapatero preso de su propia ideología, con una política fiscal corta de miras y a un Rajoy que no presenta alternativa y esperando contemplar impasible el hundimiento para poder encaramarse a los restos del naufragio.
La Ciudadanía debe de reaccionar ante esta grave situación de desgobierno.
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